Este recorrido te sorprenderá por la existencia de diversos molinos restaurados, ya que este curso fluvial vio florecer a partir del siglo XVII la industria harinera a través de sus ingenios hidráulicos. Los molinos representaron un papel fundamental tanto dentro de la economía, como en la cultura y folclore gallegos. Las aceñas conforman estampas pintorescas que se prestaban a la unión de los vecinos; eran lugares de esparcimiento, al tiempo que centros de industria.

A tu paso por esta zona te encontrarás con un entorno cargado de belleza natural. De hecho, Pontearnelas está considerado como uno de los lugares más hermosos a lo largo del cauce del río Umia, además de As Aceñas, Pago Negro y el Retortoiro.

También pasarás por el llamado “Puente de los Padrinos”, cuyo nombre se vincula a una singular leyenda. Antiguamente, se estableció un rito de fertilidad mediante el cual las parejas infértiles deberían realizar una cena a la entrada del puente. El primer hombre que cruzase el puente mientras se disponía el rito, sería el padrino de la criatura que iba a nacer y cuyo nombre ha de ser Alberto o Alberta.